La Catedral - San Salvador - foto tarjeta postal impreso entre 1907 y 1915
La Catedral se está quemando! El grito se escuchó la tarde del 8 de agosto de 1951, cuando la Catedral Metropolitana empezaba a arder en llamas. Hoy, 50 años después, sólo queda el recuerdo de aquella tragedia.
El reloj marcaba cerca de las 4:00 de la tarde cuando las llamas surgieron del Teatro Nacional.
“De repente se escucharon gritos de la sala de películas, la gente salía espantada, diciendo que era un incendio”, recuerda el escenógrafo Antonio Mejía, que en ese entonces tenía 14 años de edad y trabajaba en el Teatro Nacional.
Con angustia en la voz, Mejía evoca los recuerdos imborrables de aquel momento: “La gente parecía loca buscando agua, sacando santos, cortinas, bancas de la Catedral para ponerlas en la Plaza Barrios”, relató.
Mejía recuerda que desde el interior del Teatro Nacional, la gente tiraba las cosas por las ventanas. Puertas, libros, utensilios y una gran cantidad de cosas caían desde los balcones a la calle.
Por el calor del fuego que estaba consumiendo el Teatro Nacional, en las paredes de la Catedral Metropolitana de San Salvador “empezaron a salir chimbombitas, que crecían y crecían, a toda la pintura de la iglesia se le estaban haciendo, hasta que explotaron y el fuego empezó a consumir a la Catedral”, afirma el escenógrafo, ahora de 64 años.
“La gente lloraba, suplicaba, se persignaba, rogaba a Dios que ese infierno acabara, había gente anciana hincada ante la Catedral en llamas”, continúa relatando Mejía.
Esta misma imagen permanece en la mente del cineasta José Salazar Ruiz, quien en el momento del incendio se encontraba también en las instalaciones del Teatro, junto a la sala de películas, donde inició el desastre.
Películas vencidas
De acuerdo con Salazar Ruiz, la combustión de las películas vencidas fue a causa del calor y eso provocó el incendio.
“Las películas estaban hechas de nitrato, por lo que era un material altamente inflamable”, explicó el cineasta.
Salazar Ruiz, al enterarse de lo que ocurría, comenzó a sacar a la gente que estaba en el interior del Teatro y que se encontraban histéricas por el impacto; luego tomó su cámara fotográfica, para captar imágenes de la catástrofe.
Cuenta que salió corriendo con la espalda en llamas, cuando pasó por la esquina de la Calle Delgado y Segunda, en donde estaba una cervecería llamada “Bengoa”, le gritaron: “chele te vas quemando”, entonces con vasos de cerveza aplacaron el fuego que se extendía por su camisa.
Un caso que le dejó marcado el camino de los recuerdos a Salazar Ruiz fue el del encargado del cuido del material cinematográfico del Teatro Nacional “era un joven de apellido Rauda, se quedó sin orejas, estaba encerrado en el departamento de películas (donde inició el fuego). Para que no entraran a robar se había puesto madera clavada, él sólo podía salir por un lugar estrecho”, recuerda.
Una tarde de calor...
El 8 de agosto era un día común, en la tarde todos estaban en sus trabajos, solamente agobiados por el calor.
La tranquilidad se rompió cuando en el departamento de películas del Teatro Nacional escucharon una explosión hueca y luego vieron las llamas que consumían con rapidez el sitio, según relata LA PRENSA GRÁFICA, un día después de sucedido el hecho.
Los transeúntes del centro capitalino observaron que de las ventanas de la segunda planta del costado poniente del Teatro Nacional salían, además de llamas, latas de película que explotaban en el aire.
El humo se extendió hasta los edificios y negocios que estaban alrededor del lugar, como “El Buen Gusto” de Bergoa Hermanos; el “Bambú Room”, el Club Internacional, el almacén “La Moneda”, Banco de Londres, la Dirección General de Tesorería.
Según los reportes periodísticos, el incendio causó lesiones a 39 personas, que resultaron con quemaduras leves.
Lágrimas, plegarias, gritos se escuchaban en el mar de gente que se acercó al templo para ser testigos de su caída. Un grupo de mujeres logró salvar la imagen de El Salvador del Mundo.
Esta misma imagen es la que en la actualidad continúa saliendo en las procesiones de las fiestas patronales de la capital.
Entre los cientos de salvadoreños que observaban el desmoronamiento de la Catedral se encontraban el presidente de la República de ese entonces, coronel Óscar Osorio; el ministro de la Defensa, Óscar Bolaños; el ministro del Interior, José María Lemus, y el alcalde de San Salvador, Guillermo Trabanino. Al final del incendio, la Asamblea Legislativa decretó tres días de duelo nacional.
“Vamos a ver”
La noticia que el Teatro Nacional y la Catedral se estaban quemando corrió a gran velocidad, personas de los lugares circundantes llegaron rápidamente.
“Salí corriendo, mis compañeras gritaban ‘vamos a ver qué pasa’”, cuenta Vilma de Castillo, que en ese entonces tenía 20 años de edad y trabajaba como mesera en un restaurante del centro.
Al llegar al lugar, lo único que se le ocurrió a doña Vilma fue pedirle a Dios para que detuviera el fuego, puesto que veía que los bomberos no podían controlarlo.
“Estábamos en la escuela cuando oímos que se estaba quemando la Catedral, todos salimos corriendo a ver”, dijo Elinor Mayorga, maestra retirada que en ese día recibía clases de tercer ciclo en el Instituto El Salvador.
A sus 14 años Elinor, junto a sus compañeros intentaron acercarse al templo; sin embargo, por la cantidad de gente que estaba observando cómo se derrumbaba la iglesia mayor, no lo lograron.
Pero la curiosidad era mayor y se formaron varios grupos de jóvenes ansiosos, unos se subieron en edificios y árboles: “Nosotros pagamos una camioneta para que nos llevara a San Jacinto, en las Lomas de Candelaria, para lograr ver el desastre”, relató Elinor Mayorga, desde ahí observaron cuando las torres de la Catedral se cayeron envueltas en llamas rojizas.
En el centro capitalino las lágrimas corrían, feligreses veían destruirse la iglesia.
FECHAS CLAVES
1842: se construye la primera Catedral de San Salvador.
1881: inicia la reconstrucción de la Catedral Metropolitana de San Salvador en el terreno en donde está ubicada ahora.
1888: finalizan trabajos de reconstrucción y es de nuevo abierta al público.
1951: las estructuras de la Catedral fueron consumidas por las llamas.
1999: La nueva estructura es inaugurada por el arzobispo de San Salvador, monseñor Fernando Sáenz Lacalle.
Algunas de las cabezas de la iglesia
Monseñor Jorge Verti y Ungo, primer obispo, 1843-1853.
Monseñor Tomás M. Pineda y Zaldaña, segundo obispo, 1853-1875.
Monseñor Luis Camarco y García, tercer obispo, 1875-1885.
Monseñor Antonio Pérez y Aguilar, cuarto obispo y primer arzobispo, 1888-1913.
Monseñor Alonso Belloso y Sánchez, segundo arzobispo, 1928-1938.
Monseñor Luis Chávez y González, tercer arzobispo, 1938-1977.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero, cuarto arzobispo, 1977-1980.
Monseñor Arturo Rivera y Damas, 1983-1994.
Monseñor Fernando Sáenz Lacalle (actual arzobispo de San Salvador).
LA CATEDRAL Y SU HISTORIA
El templo de la Arquidiócesis de San Salvador se ha transformado producto de desastres naturales, según apunta el investigador Rafael Flores, encargado del Archivo Histórico del Arzobispado de San Salvador.
- La primera Catedral Metropolitana fue creada por el Papa Gregorio XVI, el 28 de septiembre de 1841.
La construcción de ese templo finalizó en 1808 en el costado oriente del actual Parque Libertad.
- El terremoto de 1873 destruyó la Catedral. Por orden del obispo José Luis Cárcamo y Rodríguez fue construida en el actual lugar (allí se encontraba el templo de Santo Domingo).
- En 1888 se inauguró la segunda Catedral transfigurada. El nuevo templo tenía estilo romano, y en su interior se encontraban pinturas de los artistas salvadoreños Pascasio González y Marcelino Carvallo.
Componentes arquitectónicos
La iglesia que sufrió con las llamas era de madera, su cúpula principal fue colocada el 2 de agosto de 1883, y medía un poco más de 35 varas. Así lo registra el Archivo Histórico del Arzobispado de San Salvador.
- En su interior existían dos pilas de mármol blanco con ornamentación sencilla.
Existía además una bóveda subterránea destinada para los sepulcros de los obispos, medía tres y media varas de profundidad y tenía 14 nichos cerrados herméticamente con doble cubierta de piedra cincelada.
- La puesta en pie de la Catedral Metropolitana inició en 1956 y finalizó el 19 de marzo de 1999.
Esta reconstrucción la comenzó monseñor José Toribio Alférez y fue proseguida durante casi ocho lustros por el vicario general de la Catedral, monseñor Modesto López Portillo, quien falleció el 17 de mayo de 2001 y es considerado como uno de los más representativos de la Iglesia salvadoreña por su trabajo.
La Catedral actual inició su período el 19 de marzo de 1999, hecha con estilo Bizantino con rasgos románticos, tiene forma de cruz de norte a sur. La parte principal mide 90 metros de largo y 33 de ancho.
La cúpula está a 60 metros del suelo y los campanarios tienen 50 metros de altura.
La reinauguración fue luego de 50 años de ser reconstruida. Monseñor Fernando Sáenz Lacalle realizó una misa que duró más de dos horas.